La medicina funcional integrativa representa un avance respecto a la visión tradicional de la medicina, que se enfoca en los síntomas y la enfermedad. En su lugar, pone el foco en la persona y en su organismo como un sistema único, capaz de adaptarse a su entorno y responder a los desafíos de la vida.
El enfoque de la medicina funcional es biopsicosocial, lo que significa que no sólo atiende al cuerpo físico, sino que considera todos los factores que influyen en la salud, incluyendo la mente y el bienestar emocional. Su base es la prevención, promoviendo hábitos saludables a nivel mental y nutricional, la práctica regular de ejercicio y la corrección de desequilibrios bioquímicos u otras interferencias que afecten el funcionamiento óptimo del organismo.
Considerando su funcionamiento osteoarticular y neurológico, así como la influencia del entorno y los hábitos de vida.
Los análisis clínicos revelan el estado interno del organismo, proporcionando una guía clave para diseñar el plan terapéutico.
Plan terapéutico individualizado donde se abordan todos los aspectos biológicos, psicológicos y sociales particulares
Seguimiento mensual para evaluar la evolución, permitiendo ajustar el plan según cada persona.
Se pone especial énfasis en la historia individual, ya que cada experiencia vivida queda registrada en la persona, haciéndola única.
La medicina integrativa busca potenciar al máximo la salud y la vitalidad, promoviendo el bienestar más allá de la simple ausencia de enfermedad. Para ello, se basa en un plan personalizado que incluye una alimentación saludable, ejercicio adaptado a las necesidades de cada persona y ajustes vertebrales quiroprácticos.
¿Por qué hablamos de salud con perspectiva de género? Cuando se considera la salud de las mujeres desde una PERSPECTIVA DE GÉNERO, percibimos que en medicina existe un sesgo inconsciente que considera que hombres y mujeres enferman de la misma manera. Esto ha llevado a que existan lagunas importantes respecto a la educación y formación de los/as profesionales de la salud, que tiene como consecuencia real y palpable la falta generalizada de un enfoque adecuado respecto a lo que hace enfermar y sufrir a las mujeres.
Sin embargo, la investigación con perspectiva de género llevada a cabo por profesionales feministas ha encontrado claves importantes de cómo y por qué enferman las mujeres. Es importante destacar que: