El dolor lumbar es, sin duda, uno de los motivos de consulta más habituales en las clínicas de salud. Afecta a millones de personas en todo el mundo y puede presentarse en cualquier etapa de la vida adulta. Pero ¿por qué es tan frecuente? ¿Qué hace que nuestra espalda, especialmente la zona baja, sufra tanto?
¿Dolor de espalda persistentes? Causas más comunes
En este artículo te contamos las causas más comunes del dolor lumbar en adultos, desde una perspectiva integral: evolutiva, postural y clínica.
1. Nuestra columna no está diseñada para estar de pie
Aunque la bipedestación es una de las grandes conquistas de la evolución humana, lo cierto es que nuestra columna vertebral no está perfectamente adaptada a ella. A diferencia de los animales cuadrúpedos, que reparten el peso del cuerpo entre cuatro extremidades, los humanos soportamos toda la carga sobre dos piernas y, por tanto, sobre la base de la columna: la zona lumbar.
La columna humana es una evolución de la columna de los mamíferos que nos precedieron, pero no está exenta de limitaciones:
- La curvatura lumbar, que nos permite mantenernos erguidos, también genera una mayor presión sobre los discos intervertebrales lumbares.
- Esta zona soporta una parte desproporcionada del peso corporal, especialmente en movimiento, al cargar peso o al permanecer mucho tiempo de pie o sentado.
- Como resultado, el dolor lumbar se convierte en un peaje evolutivo común para la mayoría de los humanos.
2. Malas posturas y ergonomía deficiente
Otra de las causas más frecuentes del dolor lumbar tiene que ver con los hábitos posturales adquiridos desde la infancia y la adolescencia.
- Durante la adolescencia es común ver jóvenes que cargan peso de forma incorrecta o que adoptan posturas forzadas sin consecuencias inmediatas.
- Estas prácticas no siempre duelen al principio, pero pueden generar microluxaciones o sobrecargas vertebrales que pasan factura con el tiempo.
- Muchos adultos conservan esas malas posturas estructurales, como una espalda arqueada hacia atrás, que termina acelerando el desgaste vertebral y degenerando los discos y las articulaciones facetarias.
A esto se suma el hecho de que en nuestra vida cotidiana pasamos horas frente al ordenador, en el coche, o en trabajos que implican gestos repetitivos y poco ergonómicos, aumentando aún más la sobrecarga lumbar.
3. Carga mal gestionada: levantar peso sin conciencia
Tanto en jóvenes como en adultos, levantar peso sin una técnica adecuada es una de las principales causas de lesiones lumbares.
- Cargar con la espalda arqueada, girar el tronco mientras se levanta algo pesado, o hacerlo sin doblar las rodillas son errores muy frecuentes.
- Estas acciones pueden generar desde una simple contractura muscular hasta una herniación de disco o una subluxación vertebral.
Y lo más importante: muchas de estas lesiones no son el resultado de un gran accidente, sino de repeticiones incorrectas durante años, que acaban alterando la biomecánica lumbar.
4. Consecuencias del parto y de la historia perinatal
Aunque pocas veces se menciona, hay personas que arrastran problemas lumbares desde la infancia por eventos ocurridos en el nacimiento.
- En partos difíciles o con tracción excesiva, es común que se produzcan alteraciones en la columna cervical del bebé, lo que afecta desde muy temprano la postura global y el desarrollo vertebral.
- Con el tiempo, esa alteración en la alineación puede repercutir en la curvatura lumbar, la movilidad de la pelvis y la carga sobre la parte baja de la espalda.
- Estos casos a menudo se manifiestan con molestias a edades tempranas, incluso antes de la vida adulta.
5. Falta de movimiento y sedentarismo
Vivimos en una sociedad que promueve el sedentarismo. Permanecemos muchas horas sentados, caminamos poco y realizamos escaso ejercicio funcional.
- La falta de movilidad adecuada hace que los músculos posturales pierdan fuerza y que los discos intervertebrales se deshidraten.
- A largo plazo, esto provoca una pérdida de soporte y amortiguación en la columna lumbar, haciendo que pequeñas tareas diarias provoquen dolor o bloqueos.
6. Estrés crónico y tensión muscular
El dolor lumbar no es solo un problema físico. En muchos casos, el estrés emocional y mental se expresa en forma de tensión muscular, especialmente en la zona baja de la espalda.
- El músculo psoas, relacionado con la ansiedad y el sistema de supervivencia, se acorta y tensa bajo estrés crónico, y puede alterar la biomecánica lumbar.
- Además, el dolor sostenido genera más ansiedad, lo que retroalimenta el círculo de tensión–dolor–inmovilidad.
Cómo la quiropráctica puede ayudarte en el dolor de espalda persistente
Desde el enfoque quiropráctico, abordamos el dolor lumbar no solo como un síntoma, sino como la expresión de una alteración en la alineación, movilidad o estabilidad de la columna.
- Evaluamos la postura, los patrones de movimiento y la función neurológica.
- Localizamos los segmentos vertebrales bloqueados o desalineados.
- Aplicamos ajustes específicos y seguros para corregir esas disfunciones y restaurar el equilibrio mecánico.
Con el tiempo, esto no solo reduce el dolor, sino que previene recaídas y mejora la calidad de vida del paciente.
En resumen
El dolor lumbar en adultos tiene múltiples causas: evolución imperfecta, malos hábitos posturales, lesiones antiguas, partos traumáticos, sedentarismo y estrés. Pero todas ellas tienen un punto en común: la sobrecarga constante sobre la base de nuestra columna.
Entender el origen del problema es el primer paso para transformarlo. Y en QuiroVida, te acompañamos con un enfoque profesional, consciente y personalizado.